La Saïdia pide no mover de sitio el mercado de San Pedro Nolasco

La asociación vecinal se opone al plan de reforma integral que pretende construir un mercado nuevo y demoler el antiguo en una de las zonas más degradadas del barrio

Asamblea vecinal a las puertas del mercado del barrio

Asamblea vecinal a las puertas del mercado del barrio / L-EMV

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Los vecinos de la Saïdia llevan días trabajando intensamente para presentar dentro de plazo una batería de alegaciones al plan de reforma del entorno del mercado de San Pedro Nolasco, un proyecto que afecta a cuatro manzanas completas y una parcial, e introduce nuevos usos públicos junto con la regeneración de zonas marcadas por la degradación. 

En el escrito que presentará la Asociación de Vecinos de la Saïdia ante el ayuntamiento tras una recogida de firmas, se cuestiona el enfoque del PRI por tener una visión parcial y aislada del contexto global del barrio, priorizar la promoción privada de vivienda frente a las dotaciones y desaprovechar los espacios de uso colectivo. Frente a ello, los vecinos proponen una mirada social, de proximidad y más pegada a la memoria de este código postal.

Son seis las alegaciones que canalizan las inquietudes del vecindario. La primera reclamación -y tal vez la más simbólica- pasa por rehabilitar el Mercado de San Pedro Nolasco, el cual forma parte del barrio de Morvedre desde 1899 y lleva cerrado desde 2020 tras una pérdida progresiva de actividad, un problema endémico en los mercados de barrio de toda la ciudad. El PRI propone demoler esta infraestructura y dejar espacio para un edificio residencial de 7 alturas. Además, planea construir un mercado alternativo en otra zona del barrio. Pero los vecinos rechazan un proyecto que, considera, conduce al olvido. 

«El Mercado de San Pedro Nolasco sigue siendo un elemento altamente arraigado en el paisaje construido de Morvedre y en las memorias de su vecindario. La memoria y la actividad que el mercado generaba se mantienen vivos en tradiciones como el mercadillo callejero que se celebra cada martes y en el recuerdo de vecinos y vecinas», dicen en la primera alegación al plan de reforma propuesto. 

El PRI Sagunt-Sant Pere Nolasc prevé el traslado de las funcionalidades del mercado a una parcela actualmente vacía, ubicada entre las calles Sagunto, Tarra y Sant Joan de la Creu. Pero los vecinos consideran la decisión inadecuada porque el emplazamiento actual está rodeado de calles peatonales mientras que en la nueva ubicación estaría expuesto al tráfico de la calle Sagunt, y porque en 2019 se presentó un proyecto de rehabilitación del antiguo mercado más ajustado a la voluntad del barrio, contemplando una planta baja con venta de productos de proximidad y una primera planta con un centro para jóvenes y mayores.

Fuera de las dos alegaciones de rehabilitar y no mover el antiguo mercado, el texto también entra al detalle de otras cuestiones, como la visibilización de las dotaciones públicas. En este punto, la unidad de ejecución en la manzana de las calles Lérida, Pepita, Orihuela y Sagunt se prevé un Centro de Tercera Edad que a juicio de los vecinos quedará esquinado. El edificio de 7 alturas del PRI empujaría al equipamiento público al fondo del patio interior de la manzana, y los vecinos proponen para el centro un lugar alternativo con fachada hacia el Parque de Nino Bravo. 

Futuro eje peatonal

En cuanto a la reorganización de un futuro bulevar conformado por la ampliación del citado parque, la asociación y todos los vecinos participantes de este acuerdo colectivo piden dinamizar esta zona verde –que en el PRI está flanqueada por fincas residenciales–, de tal manera que la actual ubicación del mercado cobraría aún más sentido. Su idea es que la nueva dotación pública y el viejo mercado marquen los dos extremos del futuro eje peatonal. 

Finalmente, el documento, que será entregado antes del próximo viernes, 10 de mayo, y que ha generado una enorme participación en la Saïdia, introduce dos peticiones complementarias con el carácter social que lo vertebra. Por un lado, reclama un porcentaje de vivienda pública en las nuevas promociones, considerando el subidón de precios de compra y alquiler en este barrio en particular y la ciudad en general. Por otro lado, los vecinos piden que se respeten los compromisos adquiridos mediante procesos participativos impulsados y aprobados por la corporación municipal, además de la creación de espacios de interlocución entre la administración y la ciudadanía. 

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