El alcalde de Forn d'Alcedo, Ricard Bonet, ha mantenido en los últimos días varias reuniones con el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat para tratar de avanzar en la mejora de las conexiones de este Poble del Sud de la ciudad y los problemas que soportan sus habitantes por la cercanía del polígono industrial, pegado a las casa de algunos vecinos.

Una de las prioridades para la pedanía es la recuperación del antiguo camino de Forn d'Alcedo, una vía rural que conectaba la población con Sedaví y que desde hace unos años se cortó por la venta de una parte a un particular.

El alcalde, Ricard Bonet, que se reunió con el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, explicó a este periódico que hace unos 20 años, este camino que unía ambas localidades se vio interrumpido tras la compra de un particular de un trozo. «Desde entonces el camino se ha degradado y necesitamos que se recupera la zona. Es imprescindible volver a contar con una conexión segura para nuestro habitantes, pues diariamente vamos a Sedaví para realizar cualquier gestión y porque por proximidad es nuestra zona de servicios», remarca el representante pedáneo.

Ricard Bonet asegura que la calle del Guadalquivir es extremadamente peligrosa. «Ya murió una vecina atropellada porque ni siquiera cuenta con acera, y muchas personas se juegan la vida cada vez que la toman como camino para ir a Sedaví. El paso de camiones del polígono la convierten en una vía muy insegura y pensamos que el camino viejo de Forn d'Alcedo sería ideal», argumenta el alcalde. Según Bonet, este camino se podría habilitar perfectamente como vía peatonal y podría incluir un carril bici. «Solo hay que expropiar este pequeño trozo ocupado. Sería más barato que otras alternativas», sostiene.

La falta de conexiones de Forn d'Alcedo con otras poblaciones se produjo cuando se hicieron las grandes autopistas y los ejes ferroviarios. «Ahora vivimos prácticamente aislados, ni siquiera podemos acceder a La Torre, que está al lado, por un camino en condiciones. Recuerdo que la avenida Carl Marx acaba en un descampado indecente», lamenta.

El otro gran problema de la población es la proximidad del polígono industrial, totalmente pegado a las viviendas. Por una parte está la cuestión del tráfico, ya que numerosos camiones no utilizan la vía adecuada para acceder al complejo y atajan por el centro del pueblo, provocando grandes molestias entre su vecindario.

Por otra, la propia cercanía de las fábricas a las viviendas es un gran perjuicio para los vecinos, por los ruidos, tráfico, etc. Lo pudo comprobar de primera mano la Directora General de Infraestructuras, Júlia Company, que según el alcalde quedó «espantada» por la gravedad del problema. La primera actuación urgente es la de pacificar la zona y ya se han hecho señalizaciones.