Tres meses lleva el Ayuntamiento de Valencia esperando una explicación del Ministerio de Hacienda a la amenaza de cierre de dos empresas municipales, la EMT y el Consell Local Agrari. De aquel requerimiento, enviado en julio y al que el alcalde Joan Ribó contestó con contundencia, el ministro Cristobal Montoro argumentó que solo se trataba de peticiones de información y que no se pensaba privar a los ciudadanos de servicios esenciales. Ayer trascendió, sin embargo, todo lo contrario. En el plan presupuestario remitido a Bruselas, el Ejecutivo promete la disolución de estas empresas. «En 2016, se mantiene el efecto estimado, ya que se tendrán que disolver y liquidar, con el límite de 1 de diciembre de 2016, las entidades en desequilibrio que estén prestando alguno de los siguientes servicios esenciales: abastecimiento domiciliario y depuración de aguas, recogida, tratamiento y aprovechamiento de residuos, y transporte público de viajeros», tal como recogía en su edición de ayer El País.

La intención de Montoro sorprendió a los responsables del Govern de la Nau, que siguen esperando alguna explicación oficial sobre aquella carta conminatoria. «Nos alarma el doble discurso del ministro ante Bruselas, donde reincide en su voluntad de acabar con los servicios públicos de ámbito municipal. La EMT no está en desequilibrio; cada año, el Ayuntamiento realiza las aportaciones necesarias para mantener un servicio óptimo a la ciudadanía, y que entronca con la voluntad de conseguir día a día una ciudad más sostenible, en que los servicios de transporte colectivo son pieza fundamental», apuntaba Ribó.

«Voy a defender ante quien sea necesario los servicios públicos de esta ciudad, como ya le explicamos este verano al ministerio de Hacienda, que nos dio la callada por respuesta», incidía el alcalde.

«Montoro debería bajarse de vez en cuando del coche oficial y subirse a un autobús para comprender lo necesario que es para la ciudadanía», señalaba con un punto de ironía Ribó.

«Insultante», según Grezzi

Giuseppe Grezzi, por su parte, lamentaba no sin mucho hartazgo el «matrato» reiterado al pueblo valenciano. «No solo la EMT no se cierra, porque ahora está muy bien gestionada por un gobierno que cree en el transporte público, sino que además resulta insultante que pretendan cerrarla mientras nos niegan el derecho a tener una financiación justa», recordaba. Todo ello en clara alusión a la última negativa „ hace apenas unos días„, a financiar con 38 millones el transporte metropolitano alegando el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, que el gobierno «está en funciones».