A su juicio, «el gran problema es que el ayuntamiento está poniendo en riesgo una inversión millonaria -cerca de 30 millones de euros- que mejoraría la calidad de vida de miles de ciudadanos que acceden a la ciudad de València por la zona norte». «Pretender que se paralice una obra y al mismo tiempo que se mantenga la inversión es un absurdo que denota la irresponsabilidad de quienes ahora están al mando», señaló Moragues. Asimismo, el delegado dijo que «debemos ser serios, este proyecto ha pasado todos los trámites durante una década, y poner ahora trabas, cuando antes ha reinado la aceptación del proyecto, supondría el reinicio de toda la tramitación y el colapso de la entrada a la ciudad».