Conocida, reconocida, proclamada y censada. Así lo hizo su comisión, Poeta Altet-Benicarló, es lo que la convierte en «la primera fallera del año 2019». A la hora de la «cremà» estaba en la falla, pero en el vientre de su madre, Marta. A primeras horas de la mañana ya estaba rodeada de la familia, los presidentes y falleras mayores, que mitigaron la morriña del «día después» con la visita al hospital y las primeras carantoñas falleras. El gran acontecimiento del 20 de marzo. Algo que irá con ella, una hija de asturiano y valenciana. «Somos falleros desde hace pocos años» asegura el feliz padre, Pablo. «Mi esposa lo había sido y la niña mayor, Alba, que tiene seis años, nos decía que quería ser, que quería vestirse...».
Tras una labor de «scouting» en el barrio se decantaron por Poeta Altet-Benicarló, una de esas comisiones de la fachada de Orriols que tienen una vida tranquila y que «tenían una oferta de actividades para los infantiles que nos gustó. Por ejemplo, ir un día a los hinchables y ver que Alba podía subirse aunque no fuera fallera. Son esos detalles que nos hicieron decantarnos por esta comisión».
Este año, la madre no se vistió, habida cuenta del avanzadísimo estado de gestación. «Me vestí yo, que nunca lo he hecho. Me prestaron ropa unos y otros y desfilamos Alba y yo». Eso sí, con una particularidad: «la niña tuvo un derrame sinovial en la cadera y tuvo que desfilar en silla de ruedas». Numerosos «mira que bonica» o «ay, pobreta» se escucharon por el camino, pero repartidos «porque al lado también iba otro niño en la misma situación».
Parece que va con los genes lo de empezar una etapa, porque el padre es de los que nació «un uno de enero». Todo principios y finales de ciclo. Como en la falla. Ya el día 19 se despidieron «y todo el mundo nos deseaba suerte para lo que iba a venir. Era un parto programado y sabíamos que iba a nacer el 20». La nueva fallerita se lleva seis años con Alba. «Es una criatura buscada y deseada». Antes de mediodía ya estaba en la habitación y ya estaban los representantes de la comisión, con el presidente José Luis Lozano a la cabeza. Ahora le espera, además de toda una vida por delante, parafraseando a la fallera mayor infantil de València, Daniela Gómez de los Ángeles, la mejor extraescolar posible. «La falla, por supuesto. Cuando a la hermana mayor la apuntamos sabíamos que iba a encontrar lo que tiene: amigos, un lugar para estar a gusto, donde tener relaciones...».
