El uso de dispositivos electrónicos como los "smartphones" y tabletas y la crisis económica están aumentando y agravando los casos del denominado "síndrome del ejecutivo" entre los trabajadores, un mal que se hace más visible durante las vacaciones, que se consideran un problema que hay que superar cada día y no un tiempo para el disfrute.

Quienes padecen este mal no son capaces de desconectar del trabajo cuando están de días de descanso, lo que repercute negativamente en su productividad e interfiere en su vida social y familiar. El acceso al correo profesional desde cualquier punto a través del teléfono móvil y de otros dispositivos, y servicios de mensajería como "whatsApp" hacen que estas personas conviertan su lugar de vacaciones en una extensión de la oficina, enviando y contestando mensajes en todo momento, y relegando a un segundo término su descanso y los intereses de su familia.

"El síndrome del ejecutivo no es algo nuevo, pero la crisis y las nuevas tecnologías están haciendo que se caiga en él de otra forma y que sean más frecuentes los casos de personas que no son capaces de desconectar del trabajo, y que están constantemente pendientes del móvil", explica Concepción Prado Álvarez, vicesecretaria de la junta del Colegio Oficial de Psicología de Galicia y miembro de la sección de psicología del trabajo y organizaciones.

Esta especialista explica que el miedo a poder quedarse sin empleo durante las vacaciones aumenta la ansiedad que les provoca estar alejados de su puesto de trabajo y les impide que desconecten. "Tienen miedo de que durante su ausencia se produzca una reorganización en la empresa y esta ya no cuente con él porque en esa nueva estructura ya no sean imprescindibles, un temor que se puede verse agravado por la crisis. Por eso, cuando mandan un mensaje y no reciben contestación, aumenta su ansiedad porque comienzan a pensar que algo está pasando y no están ahí para controlarlo", explica Prado.

Las personas que sufren este síndrome tienen un elevado grado de superación y de perfeccionismo, les gusta controlarlo todo, su vida gira en torno al trabajo y tienen miedo de descubrir que no son tan indispensables en la empresa como ellos creen. "No saben delegar funciones en sus compañeros y necesitan ejercer un control sobre todo, y fuera del trabajo, este es su único tema de conversación", afirma la psicóloga, que advierte de la importancia de desconectar del trabajo para recuperar fuerzas y evitar padecer otros problemas, como estrés, ansiedad, trastornos de sueño, depresión, hipertensión, dermatitis y trastornos digestivos.

"A veces, este síndrome es consecuencia de la dinámica del trabajo, donde el trabajador está todo el día, con un horario que le permite pocas relaciones familiares y sociales. La vida diaria está dedicada a la faceta laboral y cuando llega el fin de semana o las vacaciones, no sabe qué hacer con ese tiempo de ocio y sigue en contacto con el trabajo a través del móvil", explica la especialista en psicología laboral.

Por tanto, para evitar que el "síndrome del ejecutivo" continúe aumentando es imprescindible que las empresas tomen conciencia de su gravedad y que procuren que el trabajador que está de vacaciones no continúe trabajando a distancia y que descanse, lo que mejorará su productividad a su regreso y evitará bajas laborales por problemas como depresión y ansiedad, cada vez más frecuentes. "Este problema requiere una labor educacional de ambas partes, trabajador y empresa", explica la psicóloga.

Por su parte, el trabajador puede adoptar una serie de medidas para combatir este mal, aunque para ello primero hay que reconocer que se tiene un problema. "Probablemente la persona no sea consciente de lo que le pasa. Por eso es importante escuchar a los demás, que seguramente nos estén diciendo que algo nos pasa", explica. Una vez asumido el problema, hay que reestructurar el tiempo y volver a poner en valor la vida personal y familiar. "Tiene que buscar actividades de ocio que le satisfagan y volver a encontrar esa calidad de vida que cree que solo que le da el trabajo en su faceta personal", añade.