La octava edición del DreamHack reunió el pasado fin de semana en Feria València a más de 35.000 personas llegadas de todas las partes del mundo.

Arturo Castelló, director del certamen, manifiestó ayer a Levante-EMV que la última edición del festival de ocio digital «ha supuesto una constatación de un crecimiento absoluto en el mercado de eSports». Desde la organización critican que «no tenemos el reconocimiento institucional que merecemos» a pesar de ser cita obligada en el calendario mundial de los jugadores de videojuegos. Fruto de ello, según el director del certamen, ha sido la apuesta que han hecho por este nuevo deporte grandes empresas como Movistar.

València se ha convertido en un referente mundial del crecimiento del Dream Hack. En los seis escenarios que había, cada uno para un juego, la partida se retransmitía a más de 30 países con 6 idiomas diferentes. Durante el ciclo, tuvo lugar la presentación de la Asociación Valenciana de Empresas y Profesionales de los eSports (Avepe), que pretende visibilizar la industria de los deportes electrónicos en la ciudad.

Se han repartido un total de 550.000 euros con premios y con las previsiones para 2020 se espera que este deporte obtenga un crecimiento exponencial enfocado a crear las profesiones del futuro. En un principio, los organizadores apostaron por la ciudad de València y no conciben realizar el torneo en otros lugares de España a pesar de las demandas.