Las miradas vuelven a dirigirse hacia el Alto Turia, la zona vinícola de la DOP Valencia situada en el extremo nororiental de la comarca de La Serranía, donde están las poblaciones de Alpuente, Aras de los Olmos, Titaguas o Calles. En ésta última encontramos la mayor parte de los viñedos y las instalaciones enológicas de bodegas Vegamar, en un entorno natural de gran belleza paisajística, rodeados por los ríos Tuéjar y Turia. Aquí los viñedos se trabajan en pequeños planos y bancales en terrenos de naturaleza calcárea rodeados de barrancos y montañas, a una altitud que oscila entre los 650 y los 1.100 metros. Hace unos meses la bodega presentó su gama más alta, dos nuevos vinos con la marca «Esencia Vegamar» en los que ha buscado concentrar lo mejor de ella misma, su esencia. Por una parte, han diseñado un exclusivo cava con un coupage inédito de Chardonnay y Garnacha tinta vinificada como blanc de noirs, con veinte meses en rima, elaborado en Unión Vinícola del Este, en Requena, empresa en la que tienen participación. Por otra, un elegante tinto de Garnacha Tintorera y Syrah con catorce meses de crianza en barricas nuevas de roble francés. Ambas botellas se presentan en estuche individual, una con etiqueta metalizada y grapa en el tapón y la otra con una etiqueta de madera y tapón lacrado. El enólogo Pablo Ossorio firma este tinto del que se muestra entusiasmado con la calidad de la Syrah (55%), la más aristócrata de las uvas del valle del Ródano y la que mejor se ha aclimatado a las tierras del Alto Turia. Le acompaña la Garnacha Tintorera, una casta de vid que se ha puesto de moda en los últimos tiempos gracias al buen trabajo que se está haciendo con ella tanto en el campo como en las bodegas y que a esta altitud ofrece frescura y una óptima maduración con las suaves temperaturas del final del verano. La vendimia es nocturna y mecanizada, lo que permite que la cosecha llegue a la bodega todavía de noche y que la maceración a baja temperatura extraiga los aromas más sutiles de los hollejos de las uvas. El Vegamar Esencia de 2014 está muy bien presentado, es de color granete, de capa alta y tiene aroma de buena intensidad y cierta complejidad, con recuerdos a frutas rojas y negras maduras, a especias, regaliz, ricos tostados y una madera de excelente calidad bien integrada. En el paladar tiene una magnífica entrada, es de cuerpo medio, pero con estructura, amables taninos, es fresco, sabroso, vuelven las sensaciones especiadas, con cacao y suaves tostados, en un largo postgusto que invita a seguir bebiendo. Un tinto de gama Premium en un territorio famoso por sus vinos blancos, que abre las expectativas a una zona en la que ha habido mucho abandono de viñedo y que, sin duda, volverá a ser emergente.