Detenido en València un explotador de mujeres tras liberar a seis víctimas en un piso

Los siete arrestados pagaban 500 euros por víctima a captadores en Colombia y Venezuela, que localizaban mujeres en entornos de fuerte pobreza

Nada más llegar a Europa, las obligaban a prostituirse en pisos y burdeles para saldar una deuda inventada de entre 6.000 y 8.000 euros

Un teléfono, 900 10 50 90, y un correo, trata@policia.es, permiten denunciar ante la Policía Nacional de manera anónima y confidencial la trata sexual sin dejar rastro en la factura telefónica

Desarticulada una banda organizada que explotaba sexualmente a mujeres

Policía Nacional

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

Agentes de la Policía Nacional han liberado a seis víctimas de explotación sexual en un piso de Salamanca donde estaban siendo obligadas a prostituirse y han detenido a siete presuntos integrantes de una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos que operaba a nivel europeo. La trama se aprovechaba de la situación de pobreza y vulnerabilidad de las víctimas.

De los siete detenidos en el marco de esta operación, uno ha sido arrestado en València y el resto en Madrid (2), Salamanca (2), Ámsterdam (1) y Bogotá (1). En los cinco registros realizados, uno de ellos en el piso donde eran explotadas sexualmente las seis chicas liberadas, los agentes se incautaron de varios teléfonos móviles, sustancias estupefacientes, 38 cartuchos de arma detonadora y documentación relacionada con la investigación.

Una de las primeras labores es el volcado de esos terminales telefónicos, para conocer todos los movimientos de los cabecillas de la red y cómo movían a las mujeres no solo por el territorio español, sino también europeo, así como controlar los puteros que acudían a esos centros en los que las mujeres eran agredidas sexualmente.

En busca de mujeres muy vulnerables

La red criminal ahora desmantelada captaba a mujeres en situación vulnerable y con cargas familiares, principalmente con hijos pequeños o con necesidades académicas, y empleaban una amplia red de colaboradores asentados en Colombia y Venezuela, quienes recibían un pago de 500 euros por cada víctima captada.

La Policía Nacional ha explicado en un comunicado emitido este martes que, los integrantes del entramado criminal persuadían a la víctima para viajar a Europa simulando un viaje turístico para acceder al espacio Schengen, contratando un seguro de viaje y la reserva de hotel.

Es más, los proxenetas se encargaban de enviar a las víctimas ya captadas el dinero en efectivo o “viático” requerido en los controles fronterizos para acreditar medios suficientes durante la estancia como turista, explica la Policía. "Una vez que las víctimas llegaban al país de destino, la organización recuperaba este dinero".

La deuda inicial de 6.000 a 8.000 euros

¿Cómo lo hacía? Como suelen hacerlo estas redes: encerraban a las chicas en pisos y las obligaban a prostituirse como medio para saldar esa deuda ficticia, incrementada frecuentemente con el cobro de "gastos" y con sanciones a capricho de sus controladores, y que fijaban inicialmente en cantidades que oscilaban entre los 6.000 y 8.000 euros, pero que nunca dejaba de crecer.

En ocasiones, su explotación sexual comenzaba nada más ser trasladadas a Bogotá desde otras ciudades o pueblos, tanto de Colombia como de Venezuela, ya que es en la capital colombiana donde las mantenían temporalmente hasta que se les tramitaba la documentación para viajar a Europa. Otras veces, sin embargo, las mujeres eran embarcadas directamente en vuelos desde su país de origen hasta las ciudades europeas de Madrid, Lisboa, París o Ámsterdam.

Máxima rentabilidad y satisfacción del putero

Desde allí, la trama las "distribuía" por esas u otras ciudades, principalmente en pisos de prostitución, aunque también en prostíbulos y locales de carretera. Los cambios eran frecuentes por tres razones: aumentar sus ganancias con la explotación de las chicas, evitar su posible rastreo policial ante una eventual denuncia y cambiar con frecuencia la "oferta" para tener satisfechos a los puteros y que acudiesen a pisos o locales de la competencia.

Los integrantes de la red engañaban a sus víctimas diciendo que podrían saldar la deuda de viaje en unas tres semanas. Era totalmente incierto. El entramado exigía condiciones abusivas, como hacerse cargo del importe del alquiler de los pisos donde se las explotaba.

Control absoluto sobre las mujeres

De hecho, las mujeres no solo no podían devolver esa deuda inicial en las tres semanas que les habían dicho, sino que además desconocían siempre la cantidad a la que ascendía esta deuda, así como los cobros adicionales que se les imponían en concepto de gastos de manutención, compra de preservativos, incluso de comisión por publicar los anuncios de los "servicios sexuales" o atender a los puteros.

Todo ello implicaba una servidumbre que se prolongaba sin fin, y que aumentaba por el miedo que les imponían a las consecuencias de irse, denunciar o no seguir pagando. La red ejercía un control absoluto sobre sus víctimas.

La investigación de la Policía Nacional, que ha contado con la cooperación policial internacional, ha culminado con la liberación de seis víctimas de explotación sexual en la ciudad de Salamanca y la detención de siete explotadores en València, Madrid, Salamanca, Ámsterdam y Bogotá, acusados de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pertenencia a organización criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y relativos a la prostitución.

Con la trata no hay trato

La Policía Nacional recuerda en el comunicado que "esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La Policía Nacional cuenta con la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial de este tipo de delitos, sin dejar rastro la llamada en la factura telefónica".