Estabilidad en Cataluña

Patricio Simó

Patricio Simó

Tras décadas de gobiernos nacionalistas e independentistas, Cataluña ha votado en estas elecciones del pasado día 12 por un gobierno que representa la opción constitucionalista, encabezado por Salvador Illa que es la voz de la moderación y el acuerdo frente a la enorme polarización que se ha vivido estos últimos años. Cataluña necesita estabilidad y un Gobierno fuerte que responda a los problemas de los ciudadanos. Solo la estabilidad política hará que regresen a Cataluña los centenares de empresas que se marcharon a partir de 2017 como consecuencia del “procés” y  la declaración unilateral de independencia.

El monotema del independentismo ha provocado un gran hartazgo en la población catalana más preocupada por cuestiones que afectan a su vida diaria que al delirio de una Cataluña independiente que cada vez interesa a menos gente. Eso, sin mencionar, que Cataluña nunca sería reconocida en Europa como un estado independiente, aunque de esto se hable poco.

Aunque no cuenta con los apoyos suficientes y no ha ganado las elecciones, pese a haber obtenido un buen resultado electoral y haber quedado por delante de ERC,  Carles Puigdemont no descarta presentarse a la investidura. ERC y la CUP ya han dicho que no harán president de la Generalitat a Puigdemont. Tampoco els comuns ni el PSC. Puigdemont juega con la baza de los siete diputados que mantienen a Sánchez en La Moncloa y lo va a utilizar de cara a una hipotética investidura, cuyos números no dan, salvo que el PSC lo apoye. Sería un suicidio político que Sánchez para mantenerse en el poder hiciese president a Puigdemont y aunque no soy politólogo ni tengo una bola de cristal para predecir el futuro, no creo que esta hipótesis pueda darse ni en el más remoto de los futuribles, antes me inclino por una repetición electoral que, por otra parte, sería un rotundo fracaso político que tampoco serviría para despejar el horizonte político y la política de pactos. Habría una mayor abstención que ya ha sido alta en estas pasadas elecciones, pese a haber aumentado algo la participación respecto a los últimos comicios.

El PP tiene ahora una ocasión de oro, aunque sus votos no sean decisivos para la formación del gobierno,  de apoyar a la lista más votada, cosa que no hizo ni en Extremadura ni en Canarias. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo siempre ha apostado por dejar gobernar a la lista más votada, aunque cuando ha llegado el momento no lo ha hecho y ha preferido pactar con Vox antes que dejar gobernar a los socialistas. El PP debería votar a favor de la investidura de Salvador Illa que ha sido claramente quien ha ganado las elecciones.

El PSC ha dejado tiempo de reflexión a los republicanos que se encuentran sumidos en una profunda crisis, después de su batacazo electoral para que mediten su decisión del voto. Quien más tiene que perder ante una repetición electoral es ERC. Sería un suicidio político para los republicanos ir a unas nuevas elecciones. Creo que al final los republicanos optaran por el pragmatismo, como han hecho en el Gobierno de España a lo largo de esta legislatura y la pasada, dando su apoyo a Sánchez y harán president a Salvador Illa.