Aunque el ministro de Economía y Competitividad Luis De Guindos le haya querido quitar hierro al asunto, lo que dice el informe del FMI sobre la economía española confirma que siguen pendientes reformas estructurales de calado, reforma laboral y política fiscal y que aunque crezcamos por encima de la media europea, este segundo trimestre la economía española ha crecido el 1%, los cimientos sobre los que se sustenta son todavía endebles y vulnerables y echa por tierra las previsiones del gobierno de crecer a una tasa del 3% en 2020.

Mucho me temo que el as que tiene guardado el gobierno en su manga es, si gana las elecciones y tiene mayoría suficiente para aprobar las leyes, que es mucho decir, acometer las reformas pendientes y que no son otras que ahondar, aún más si cabe, en la precariedad laboral, siguiendo los criterios del FMI, que no son otros que abaratar el despido y dejar al trabajador sin ningún derecho. Lo que no dice es que seguiremos con una tasa de paro por encima del 20%, a pesar de sus recomendaciones.

Y, por supuesto, cómo no, nueva subida de impuestos. Es decir, las mismas recetas que se han aplicado hasta ahora, que lejos de apostar por el crecimiento de la economía y de sacarnos de la crisis, ahondan en la austeridad y en los mismos errores. Nada nuevo, pues.