Los Gobiernos de Reino Unido y Francia, uno conservador y otro socialdemócrata, ya han dicho que van a incrementar las acciones militares en Siria e Irak contra posiciones del EI, tras el fracaso de la coalición internacional, que no ha conseguido recuperar ninguna de las ciudades tomadas por el grupo terrorista como Mosul o Faluya ni tampoco diezmar la capacidad ofensiva de los islamistas.

La respuesta militar es la única opción posible para detener la barbarie terrorista del Estado Islámico y dar solución a los miles de refugiados que huyen en desbandada de la guerra.

Como respondió un niño sirio a preguntas de un periodista: "Yo no quiero ir a Europa, pero detengan la guerra!!".

Las potencias occidentales con España a la cabeza intervinieron militarmente en la guerra de Irak, bajo el falso pretexto de las armas de destrucción masiva, que jamás aparecieron entre otras razones porque nunca existieron. Ahora sí que hay un problema real que se llama Estado Islámico. La seguridad de Europa corre un serio peligro.

La única manera posible de que los refugiados vuelvan a sus países de origen es deteniendo la guerra y Europa tiene medios, tanto económicos como militares para hacerlo. Lo ha demostrado en anteriores ocasiones y es el momento de que lo haga de nuevo ahora, antes de que sea demasiado tarde. Las atrocidades que comete el EI en nombre del Islam deben tener una respuesta contundente por parte de la comunidad internacional. No es posible que sigamos de brazos cruzados mientras siguen las decapitaciones, las violaciones y la destrucción de un patrimonio milenario como Palmira.

El miedo a posibles atentados como el ocurrido el 11-M no debe intimidarnos lo más mínimo sino todo lo contrario porque seguiremos estando en el punto de mira de los terroristas. No por mantener una posición neutral estamos a salvo de sus ataques terroristas. España debería tomar una decisión valiente como lo ha hecho Reino Unido, Francia, Rusia o Turquía y sumarse a la coalición internacional para combatir el terrorismo islamista. Supeditar la ayuda militar española meramente a la formación del ejército iraquí como se ha hecho hasta ahora es sencillamente no darse cuenta de la gravedad del problema.