El núcleo duro de Podemos, créanme que lo hay, con Teresa Rodríguez a la cabeza, que no ha tenido ningún reparo en comparar la justicia francesa y española con la de Venezuela y se ha quedado más ancha que larga, sigue sin condenar el encarcelamiento de Leopoldo López, el opositor al régimen de Nicolás Maduro condenado a 14 años de cárcel, bajo la falsa acusación de conspiración y de ser el cabecilla e instigador de las revueltas de hace un año. Todos los regímenes totalitarios se inventan esta clase de patrañas para encarcelar a los disidentes.

El juicio que ha sido una pantomima se ha celebrado a puerta cerrada, sin ningún tipo de garantías procesales para el acusado y negándole el derecho de defensa.

Ni siquiera el ex presidente Felipe González que quería encargarse de su defensa pudo reunirse con el líder opositor.

Venezuela como ya denunció el propio González vive una dictadura encubierta que ha lastrado al país a unas cotas de pobreza alarmantes, no sólo económicas sino también sociales y políticas.

Dentro de unos meses se van a celebrar elecciones generales en Venezuela con el principal líder opositor encarcelado. La garantía de unas elecciones libres y democráticas en el país más rico de América Latina junto a Brasil están más que cuestionadas.

Sorprende que todavía haya gente que no condene estos actos de falta de libertad en un país hermano como Venezuela, y que, además tengan la osadía de darnos lecciones de democracia y de hablarnos en tono dogmático del respeto de los derechos humanos.