Si hace unos días las protestas eran en un pueblo de la Comunidad de Madrid, concretamente en Becerril de la Sierra, ahora le ha tocado el turno a Llíria, donde un grupo de personas se ha manifestado contra la tirada de pichón que estaba programada para este pasado domingo en el campo de tiro "La arboleda" del citado municipio valenciano. Partidarios y detractores no han llegado a las manos, pero casi. Al final tuvo que intervenir el alcalde para poner paz.

Una corrección a la periodista que firma la noticia, Miriam Bouiali. A las palomas que son lanzadas en el tubo no se les arranca la cola, esto ocurre sólo en el pichón a brazo. Y, precisamente, se hace para que tengan un vuelo zigzagueante y sea más difícil abatirlas.

El tiro de pichón a brazo es un deporte que está muy arraigado en la Comunidad Valenciana y cuenta con cientos de practicantes y excelentes escopetas.

En pueblos de la comarca del interior como Ontinyent, Fontanars dels Alforins, Alcudia, La Font de la Figuera o Vallada se han celebrado este tipo de competiciones con motivo de las fiestas patronales y de las fiestas de Moros y Cristianos. Muchos de estos campos se han visto obligados a cerrar sus instalaciones por no cumplir con las medidas de seguridad.

Desde hace relativamente poco tiempo se ha impuesto una nueva modalidad: El pichón a tubo, emulando el tiro a la codorniz, pero sustituyendo esta pequeña y rechoncha ave por la paloma zurita.

Una modalidad que resulta más económica que el pichón a brazo porque no participa el columbaire, que es la persona encargada de soltar el pichón sino que es una máquina con un tubo en su extremo, quien lanza el palomo a la orden del tirador.

Si hay maltrato animal o no, es muy discutible. El pájaro en este caso es abatido de un disparo como ocurre en la caza. Si el tirador yerra el tiro, el animal escapa, sin sufrir ningún daño. Los detractores de este deporte proponen que los palomos se sustituyan por hélices o platos.

Ya existen tiradas de hélice y de plato.

Yo soy cazador y tirador y prefiero asistir a las tiradas de plato antes que a las de pichón o codorniz a las que no voy, pero no creo que la solución sea prohibirlas porque estamos incentivando que se celebren de manera ilegal.

Muchas de las granjas cinegéticas que existen en nuestro país y son muchas, sobre todo las dedicadas a la cría de codornices y palomos viven de suministrar animales a los campos de tiro. Sería su final.

Desde hace tiempo existe una persecución sistemática contra los tiradores y, sobre todo, contra los cazadores por parte de las organizaciones ecologistas. También la caza está en el punto de mira de estos colectivos, que abogan por la prohibición total de la caza en todas sus modalidades, es decir, mayor y menor, sin tener en cuenta ,el perjuicio económico que supone la actividad cinegética para muchas comunidades como Castilla - La Mancha, Andalucía o Extremadura y cuya principal fuente de ingresos proviene precisamente de la caza.