No sé quién asesorará al presidente Rajoy en materia de comunicación, pero no acudir a debates como el que ha organizado este mismo periódico para el próximo día 30 en lo que será el primer debate digital de la democracia, al que, por cierto, sí han confirmado su asistencia los candidatos Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias es un desprecio a la democracia y a los electores. No sólo de su partido sino también al resto de votantes.

Debatir en democracia no sólo es deseable sino que, además, es bueno y conveniente. La discrepancia enriquece. Lo que es malo es esconderse bajo las trincheras. No dar la cara. El presidente Rajoy ha preferido los plasmas a las ruedas de prensa con preguntas de los periodistas y las entrevistas amables y poco comprometedoras, con preguntas pactadas previamente, como la que le hizo Ana Blanco en RTVE a los debates serios y en profundidad con el resto de candidatos, con preguntas abiertas, que es lo que está esperando la ciudadanía de los políticos.

¿Por qué ha declinado el señor Rajoy la invitación que le ha hecho este periódico para participar en el debate del próximo día 30?

¿Qué excusa dará para no estar ese día con el resto de candidatos? ¿Qué miedo tiene?

El panorama electoral ha cambiado radicalmente con dos fuerzas emergentes como son Ciudadanos y Podemos. Los debates encorsetados han pasado a la historia.

Seguramente el día 30 habrá un atril vacío con el nombre de Mariano Rajoy. Y eso en democracia no es bueno que ocurra.