Estamos ante un escenario totalmente distinto a la guerra de Irak. La invasión de Irak fue ilegal. Se nos mintió con las armas de destrucción masiva. No contó con el amparo de la ONU ni con el respaldo del Parlamento. Carecía de toda legitimidad internacional. Fue un auténtico error, como así ha reconocido el propio ex primer ministro británico, Tony Blair.

El presidente del Gobierno español Mariano Rajoy trata de hacer ahora lo que no se hizo entonces: dialogar y buscar consenso entre las distintas formaciones políticas ante una eventual intervención militar en Siria. Y está bien que así lo haga para contar con el máximo respaldo posible. Hasta ahora sólo he oído al líder de Ciudadanos, Albert Rivera mostrarse a favor de mandar tropas a Siria para combatir al EI. Otras formaciones como Podemos e IU apuestan por someterlo a referéndum.

Prudencia y cautela son las palabras que más he oído estos días. Y creo que es bueno que así sea y no se tome una decisión precipitada, pero mirar hacia otro lado, como si esto no nos incumbiese a todos, tampoco es la mejor opción. La principal amenaza del siglo XXI es el terrorismo yihadista y acabar con él debe ser una prioridad de los gobiernos occidentales porque está en juego la democracia.

Lo deseable en estos momentos es que hubiera el mayor consenso posible a una eventual intervención militar en Siria, pero si no fuera así, al Gobierno de la nación le corresponde tomar una decisión al respecto,y esta no es otra que estar al lado de Francia y de sus aliados occidentales, como miembro que es de la OTAN, asumiendo los riesgos. Qué duda cabe que sólo con el uso de la fuerza no se va a acabar con el terrorismo yihadista. Es una tarea a muy a largo plazo. Son necesarias, además, otras medidas que se han apuntado ya como: cortarles la financiación, dejar de venderles armas o bloquearles cuentas en las redes sociales como twitter o Facebook, que utilizan no sólo para dar a conocer sus horribles crímenes sino también para reclutar a futuros terroristas.

Combatir al EI no tiene nada que ver con la guerra de Irak. Por mucho que algunos quieran recurrir a aquel triste episodio para que nuestro país mantenga una posición neutral ahora, pensando que así estaremos a salvo de ser objetivo de los terroristas. Se equivocan quienes piensen así.