Vaya por delante que no comulgo con las ideas políticas de Podemos ni tampoco con las del partido de Albert Rivera, por diferentes razones que no vienen al caso, pero que el presidente del Gobierno ponga como excusa rocambolesca que no asiste al debate de El País porque su rival es Pedro Sánchez y no otros candidatos no sólo es a mi modesto entender una falta de respeto hacia los ciudadanos que quieren ver a sus representantes políticos, a todos, confrontando los programas electorales, aunque luego se incumplan sino también una manera de ningunear a las principales fuerzas políticas emergentes y que según las encuestas van a ser determinantes en la formación del nuevo gobierno que salga de las urnas el próximo 20-D.

Hace pocos días veíamos al señor Rajoy al que al parecer el cargo de presidente le tiene muy atareado y ocupado participar como invitado en un programa de radio como comentarista deportivo. Curiosa manera de emplear el tiempo libre para quien dice no tenerlo para los debates.

Hay quien sostiene, sin embargo, que el presidente del Gobierno no asistió al debate de ayer por una cuestión puramente estratégica porque haber ido hubiese significado darle protagonismo a Podemos y a Ciudadanos y el señor Rajoy sigue inmerso en su particular mundo del bipartidismo, de espaldas a la realidad, sin darse cuenta de que la realidad política española ha cambiado radicalmente y que las mayorías absolutas forman parte del pasado. Quizá el día 20 se percate de ello.