Abandonar a un perro durante varios días y dejarlo morir de hambre sale barato: 90 euros. Esta es la pena que le ha impuesto un juez de Requena a un vecino de Godelleta por dejar morir de hambre a su perro. Los otros dos canes fueron rescatados en una situación penosa.

El maltratador, que ha reconocido los hechos ha visto mitigada su condena y sólo ha sido condenado por un delito leve contra el medio ambiente. La sentencia no es recurrible. El fiscal solicitaba una pena de 150 euros.

En ningún caso se ha solicitado cárcel por un delito claro de maltrato animal. Así están las leyes en este país. De nada ha servido endurecer el Código Penal para los casos de maltrato, cuando conocemos sentencias como esta, que lejos de castigar a quien infringe daño a un animal, los resuelve con una ridícula sanción económica.

Ahora que tanto se habla de cambiar o de reformar la Constitución deberíamos emular a nuestros socios europeos, muchos de ellos, como es el caso de Alemania, Francia, Italia o Suiza con una legislación mucho más severa y respetuosa con el derecho de los animales, que se recoge en la propia Constitución.