A pesar de que los números no salen para pactar un gobierno de izquierdas, "no hay una mayoría sólida" como reconocía el propio Ximo Puig, el PSOE sigue con la idea de formar una gran coalición de izquierdas con Podemos, si la formación morada renuncia a lo que parece ser su principal prioridad en estos momentos: la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña, dando por bueno todo lo demás. Pero más allá de la consulta y el derecho de autodeterminación hay un programa económico, político y social, claramente contrarios a los principios socialdemócratas y más propio de los regímenes marxistas-leninistas en los que se fundamenta que en la Europa del siglo XXI.

Por eso me sorprende que el PSOE, que es un partido firmemente europeísta y que defiende los principios socialdemócratas de una economía de libre mercado, quiera pactar con el partido de Pablo Iglesias, que postula, precisamente, todo lo contrario.

Sin querer entrar aquí de nuevo en lo que ha dicho Pablo Iglesias sobre la propiedad privada o sus elogios a la dictadura chavista o bolivariana, quisiera centrarme aunque sea brevemente en un tema que como periodista, pero también como ciudadano me preocupa y es la visión que tiene el señor Iglesias y su formaciónPodemos sobre los medios de comunicación y para que nadie pueda decirme que falto a la verdad, voy a entrecomillar una frase pronunciada por el señor Iglesias en reiteradas ocasiones: "La existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión".

A mí la frase en sí ya me produce urticaria.

Podemos es partidario de un control público de los medios de comunicación. Lo lleva en su programa. Es decir, lo mismo que se hace en Cuba, Venezuela o cualquier dictadura al uso, donde la libertad de expresión brilla por su ausencia.

Cualquier demócrata defiende la existencia de medios públicos y medios privados porque sólo así se garantiza la pluralidad informativa, algo esencial en cualquier democracia. Y es bueno para salud democrática de un país que haya medios de comunicación con diferentes líneas editoriales y tan legítimo es lo que dice la Sexta como 13 TV. Luego cada cual es libre de sacar sus propias conclusiones y de ver el canal o leer la prensa que más le apetezca o desee.

La libertad de prensa es consustancial a la existencia de medios públicos y privados. Apostar por nacionalizarlos o establecer controles como pretende Podemos, si llega al poder, nos retrotraería a épocas pasadas felizmente superadas, donde el pensamiento único y la censura previa, ahogaban cualquier atisbo de una prensa libre, independiente y sin mordazas.