Podemos ha eludido suscribir un manifiesto de apoyo a la democracia en Venezuela, que sí han firmado otras fuerzas políticas como PP, PSOE, Ciudadanos y PNV. Nada nuevo, por otra parte, en la formación morada que nunca ha visto con buenos ojos el triunfo de la oposición democrática al régimen de Nicolás Maduro, que sigue poniendo trabas y no reconociendo el triunfo de la oposición en las pasadas elecciones presidenciales.

El partido de Pablo Iglesias ha vuelto a perder una oportunidad de oro para desmarcarse de las tesis de un régimen totalitario como el chavismo, que ha dejado Venezuela arruinada política, económica y socialmente y que lejos de facilitar el traspaso de poderes y reconocer la derrota en las urnas, sigue sin soltar las riendas del poder.

Si Podemos aspira a gobernar este país debería empezar a soltar lastre y a desmarcarse absolutamente de las tiranías de Latinoamérica. Y el primer paso, desde luego, es condenándolas porque el silencio les hace cómplices.