Si Francia, que tiene 3,57 millones de parados, el 10% de la población activa en paro ha decretado "el estado de excepción contra el paro", ¿qué situación de preemergencia nacional tendría que declararse en España, que cuenta con más de 4 millones de parados, algo más del 22%? El plan de emergencia francés se quedaría corto.

El plan de inversiones que ha presentado el Gobierno de Hollande está dotado con 2.000 millones de euros y está destinado a la formación de medio millón de parados, los menos cualificados y el resto del dinero se destinará a bonificaciones para los nuevos contratos de larga duración.

El presidente francés François Hollande se comprometió a no repetir como candidato al Elíseo si no es capaz de revertir la tendencia de destrucción de empleo. Tiene año y medio por delante para conseguirlo, pero lo cierto es que los números no están de su lado, ya que el paro ha crecido en más de 600.000 personas desde que tomó posesión del cargo en 2012.

La patronal francesa reclama una reforma laboral que ponga fin a las elevadas cargas sociales y al caro despido, que en opinión de los empresarios no favorecen la contratación. Otro problema añadido de la economía gala es la incapacidad del sector privado para crear empleo. Entre mediados de 2013 y 2015 sólo se crearon 54.000 puestos de trabajo frente a los 482.000 que creó Alemania o los 651.000 de España.

España debería emular a nuestros socios franceses y acometer medidas concretas y planes de estímulo para nuestra economía, que ayuden a incentivar el empleo y la competitividad de nuestras empresas, mediante ayudas a la formación y a las Pymes, que son las verdaderas creadoras de riqueza en nuestro país, más allá de la reforma laboral, que ha contribuido a empleos precarios, temporales y mal remunerados.