En mi modesta opinión de ciudadano de a pie, más allá de las diferencias ideológicas que pueda haber entre PP y PSOE para formar una alianza de gobierno, el problema son sus líderes porque en lo fundamental sí que están de acuerdo.

La situación de bloqueo y de parálisis gubernamental a más de un mes de las elecciones generales, así lo demuestra. La nula voluntad por parte de ambos dirigentes para sentarse a negociar es más que palpable.

El problema es que la actual situación de vacío político aunque haya un gobierno en funciones no se puede demorar mucho más tiempo porque al final estaríamos poniendo en serio riesgo la incipiente recuperación económica, que ya empezada a vislumbrarse, tras una larga etapa de recesión y de recortes.

De hecho, un sondeo de Metroscopia que publica hoy este mismo periódico asegura que los españoles ven más fácil una solución sin Sánchez ni Rajoy que con ambos líderes al frente de sus respectivos partidos, o lo que es lo mismo, que ambos dirigentes se han convertido en un problema más que en una solución.

Deberían tomar buena nota en Ferraz y en Génova de lo que piensan la mayoría de los españoles y hacer todo lo posible por desatascar la situación, y buscar una solución en aras del interés general que es lo que debe prevalecer por encima de los personalismos.