La falta de un nuevo gobierno, a casi dos meses de que se celebraran las elecciones generales, está teniendo reflejo en dos indicadores fundamentales de la economía como son: la Bolsa y la prima de riesgo. También las inversiones se han paralizado hasta que se despejen las dudas.

Mientras, el Ibex perdía el nivel de los 8.000 puntos y lleva acumulado un retroceso del 17% desde principios de año; la prima de riesgo subía hasta los 150 puntos básicos, en una nueva jornada aciaga para los mercados, como consecuencia de la incertidumbre política.

Pero aquí en España, a tenor de lo visto, parece que esto preocupe poco. Nuestros políticos siguen jugando su particular partida de ajedrez, moviendo peones, alfiles y torres, en una partida que va a terminar en tablas y con elecciones a la vista, lo cual, tampoco va ayudar a despejar la incertidumbre política que tenemos en estos momentos porque según las encuestas que hemos conocido, de celebrarse nuevas elecciones, se darían unos resultados muy parecidos a los obtenidos el 20-D, que dejaron a las claras dos cosas: que se acabaron las mayorías absolutas y que para formar gobierno hay que llegar a acuerdos o pactos entre las diferentes formaciones políticas. El mismo escenario que tenemos ahora.

Conforme van pasando los días, la situación económica va deteriorándose. Los resultados de las empresas no son buenos. Los políticos deberían ser conscientes de que la incertidumbre es un factor de riesgo muy peligroso para la economía y para las empresas y actuar en consecuencia, anteponiendo los intereses colectivos a los personales o de partido.

Es muy importante desatascar la situación cuanto antes , bien sea para formar gobierno o bien para convocar de nuevo elecciones porque, a todo esto, hay que sumar un riesgo añadido y es el peligro que acecha de una nueva recesión mundial con China, los países emergentes, el petróleo y la más que dudosa salud financiera de los bancos, sobre todo, alemanes e italianos, cuya solvencia es más que cuestionable.

Y para reaccionar a tiempo ante esta coyuntura desfavorable que se avecina es importante que haya un gobierno estable y fuerte que tome decisiones y aplique políticas que ayuden a crear empleo, frenar la desigualdad y reactivar la economía.