Vaya por delante que estoy absolutamente a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, pero una cosa es la paridad y otra bien distinta son las paridas. Lo de los semáforos paritarios de Valencia entra dentro de la segunda categoría de estupideces.

Desconozco el coste económico de la medida, pero estoy seguro que habrá otras necesidades más urgentes y perentorias que atender, que la de cambiar la silueta de los semáforos y poner un icono con falda donde antes había uno con pantalón.

Más importante si cabe es mejorar la accesibilidad a los miles de discapacitados que tienen serias dificultades para cruzar la acera, subir al autobús o entrar en un establecimiento, donde todo son barreras e impedimentos. ¿Por qué no se les ha ocurrido poner sonido a los semáforos para que los invidentes puedan cruzar, sin jugarse la vida? Esto no es una medida paritaria, pero es una medida necesaria.

Sobre las cuotas en los partidos políticos o en los consejos de administración, el criterio que debe imperar siempre debe ser el de la cualidad profesional del candidato, independiente de su sexo. De tal forma que puede haber una empresa, cuyo consejo de administración esté compuesto íntegramente por mujeres sin que ello sea motivo de discriminación o menoscabo hacia el otro sexo y a la inversa.

Podemos y su muletilla Compromís, ya han presentado una proposición no de ley para cambiar la nomenclatura "Congreso de los Diputados" por otra terminología más "paritaria o neutra".

¿Cuál será la próxima ocurrencia de los nacionalistas y de los podemitas? ¿Cambiarle el nombre a la Fiesta de Moros y Cristianos?

Una cosa es defender los derechos de la mujer, que comparto absolutamente y otra muy distinta llevar esa lucha por la igualdad a extremos ridículos y absurdos.