Prefiero mil veces la caza del conejo con perro, pero si se tercia cazarlo con hurón allá que voy. Este pasado domingo tuve ocasión de pasar una jornada cinegética en La Zafra, una pequeña pedanía perteneciente a Villena, con un grupo de cazadores de Fontanars, Biar,Ciudad Real y Bañeres.

La mañana era gélida con un par de grados bajo cero. Los campos estaban cubiertos de escarcha y hielo. Las heladas en esta época del año son habituales.

Nada más llegar al cazadero, Juan Carlos Bataller divisó a lo lejos a un grupo de muflones que estaba pasturando tranquilamente en un campo de almendros abandonado. Pudimos contar media docena entre machos y hembras. De un tiempo a esta parte ha proliferado mucha esta especie en estos valles. También el arruí ha colonizado este territorio, que antes estaba reservado sólo al jabalí.

Nos dividimos en dos grupos. Juan Carlos, Jaime y yo nos fuimos a unos campos de olivos, mientras la otra cuadrilla: José Luis, padre e hijo y Juan, cazó los ribazos pegados a la viña.

La Zafra, al igual que ocurre con otras poblaciones de La Vall d'Albaida es una zona muy castigada por los conejos. La Conselleria concede unos permisos especiales para poder cazarlos durante toda la temporada.

Como todos sabemos, el conejo se reproduce con mucha facilidad. Una hembra puede tener varias gestaciones y paren una media de 10-12 conejos, pudiendo llegar a tener hasta siete camadas por año. Se calcula que una hembra puede llegar a parir 100 conejos.

El conejo provoca cuantiosos daños en la agricultura. Hay parcelas de vid totalmente devastadas por estos lagomorfos. Son trepadores y suben a los troncos de los árboles, secando las ramas y los frutos.

El terreno es arenoso y blando, la orografía la hace muy proclive para que los conejos escarben madrigueras con mucha facilidad, enormes túneles perfectamente conectados entre sí. Son auténticos ingenieros. Una misma madriguera puede tener un sinfín de galerías subterráneas.

La caza del conejo con hurón requiere de mucha paciencia y, sobre todo, ir provisto de unos buenos bichos. Si abundan los gazapos, el hurón puede permanecer dentro de la madriguera durante horas. Les gusta chuparles la sangre y no saldrá hasta que acabe con toda la camada.

Es importante permanecer callado y oculto. Al menor ruido, el conejo buscará otra salida. Por precaución no se debe disparar nunca en la boca de la madriguera porque puede estar el hurón cerca.

Conviene llevar en la escopeta chokes abiertos, ya que la mayoría de los tiros los vamos a hacer a corta distancia. La munición ideal para este tipo de caza es plomo del 9, 32 gramos. Hay quien utiliza cartuchos dispersantes, que amplían considerablemente el radio de muerte, pero yo personalmente no los recomiendo porque son peligrosos, sobre todo, si cazas al conejo con perro. Muchos accidentes se producen por emplear este tipo de munición.

El disparo debe ser rápido porque el conejo suele dar pocas opciones, pasando en ocasiones de una madriguera a otra sin que apenas te dé tiempo de encarar la escopeta. Si la zona está muy huroneada, como es el caso, suelen ser bastante esquivos y desconfiados.

Esta clase de conejo, que no tiene nada que ver con el autóctono, le gusta poco salir de la madriguera. Sólo lo hace para comer. El resto del día permanece dentro o cerca de la boca. Su caza sólo es posible con hurón.

Al final de la mañana, ya con el sol fuera recogimos una veintena de animales.