La lluvia caída esta semana - en Fontanars se han registrado en dos días 48 litros por metro cuadrado- es un alivio en general para el maltrecho campo español y en particular para el valenciano que estaba sufriendo una sequía extrema, tras el invierno más caluroso de los últimos 65 años.

Aunque los agricultores de la zona de Fontanars dels Alforins y de la comarca de la Vall d'Albaida hace tiempo que han dado por perdida sus cosechas, tras un invierno muy seco, sin apenas precipitaciones y con un calor sofocante, la lluvia ha venido muy bien para los cultivos leñosos como la vid, el olivo o los almendros, que comenzaban a tener señales de déficit hídrico.

En los tres primeros meses de este año, llevamos recogidos 40 litros, cuando el año pasado por estas mismas fechas los pluviómetros habían acumulado 166 litros por metro cuadrado.

Al factor climatológico adverso hay que añadir los bajos precios del cereal de invierno: avena, trigo y cebada, que cotiza de media en las lonjas a 160 euros la tonelada frente a los 250 euros que alcanzaron la cebada o el maíz en 2013. Una caída que se estima en torno al 40% respecto a los precios de hace dos años.

Las buenas cosechas en los principales países productores como Rusia o Ucrania y últimamente de Argentina, que ha eliminado algunas trabas arancelarias; el exceso de oferta y la caída de la demanda china son las principales razones que apuntan los expertos para que el precio del cereal esté por los suelos, lo que está obligando a que muchos agricultores dejen sus tierras yermas ante la falta de rentabilidad de sus explotaciones.