Los robos en el campo ocasionan a los agricultores millones de pérdidas anuales. Según la organización agraria Asaja, los robos ocasionan pérdidas por valor de 7 millones de euros y si se contabilizan los daños y los robos materiales, las cifras superan los 18 millones de euros. Solo en 2015, los robos aumentaron un 30% hasta los 23,4 millones de euros. La provincia de Valencia es la primera de España en cuanto a hurtos agrícolas.

La seguridad en el campo se ha convertido en uno de los principales problemas más acuciantes de los agricultores, muchos de los cuales se sienten absolutamente desprotegidos.

A pesar de las promesas que desde diferentes organismos e instituciones se han hecho para erradicar esta práctica delictiva, lo cierto es que poco o nada se ha hecho en este sentido.

Las patrullas de la Guardia Civil que vigilan los campos son insuficientes y carecen de medios materiales y económicos para perseguir estos delitos.

Los vándalos siguen haciendo de las suyas. Las asociaciones agrarias han solicitado en reiteradas ocasiones, que se rebaje la cuantía de 400 a 100 euros para que el delito tenga la consideración penal de robo y no de hurto como hasta ahora y se impongan penas de cárcel.

Entre los productos agrícolas que más se sustraen del campo destacan los limones, las patatas y las alcachofas. Pero también las naranjas, las almendras o, incluso, vides.

El precio de la planta ronda los dos euros y hay una demanda muy alta de plantación, debido a los planes de reestructuración del viñedo.

Los ladrones lo saben bien y actúan en consecuencia con absoluta impunidad. Estos días una finca agrícola de Fontanars dels Alforins ha sido objeto de un robo en el campo. En concreto, 2000 plantas de la variedad garnacha tintorera que acababan de ser plantadas han sido sustraídas. Los hechos han sido denunciados ante la Guardia Civil que está investigando lo sucedido.