El próximo domingo 5 de junio hay convocada una manifestación en Madrid en favor de la caza y de los cazadores. Aunque no podré asistir a la misma por razones personales, me solidarizo absolutamente con el lema y con el colectivo de cazadores de toda España.

Desde la comarca de La Vall d'Albaida saldrán varios autobuses en dirección a Madrid para participar en la manifestación. Se espera una alta asistencia, tanto de cazadores como de gente relacionada con este deporte.

La caza no es solo una actividad necesaria para la propia regulación del ecosistema y de las especies, sino que, además, es una actividad económica, que genera riqueza y muchos puestos de trabajo en muchas regiones españolas como Castilla La Mancha, Extremadura o Andalucía.

La caza en mano o al salto, los ojeos o las monterías, si hablamos de caza mayor, mueven cientos de millones de euros en España. Según datos de Fedenca (Federación para el Estudio y Defensa de la Naturaleza y la Caza), la actividad cinegética generó en 2012 riqueza por valor de 3.635 millones de euros.

Pero al margen de los datos económicos que mueve la caza y que son muy cuantiosos, hay que resaltar, aunque pocas veces se habla de ello, la gran función social que realizan los cazadores. Por ejemplo, controlando las poblaciones de jabalíes y conejos, que tanto daño hacen en la agricultura. Se calcula que desde el año 2001 se han abatido más de 56 millones de conejos y casi dos millones de jabalíes.

El afán prohibicionista de grupos ecologistas para acabar con la caza es un auténtico disparate que no se sostiene por ningún lado.

España cuenta con más de un millón de cazadores. La caza es una actividad deportiva legal y regulada. Y confíenos que siga siéndolo por muchos años más. Mal que les pese a algunos.