Lo acontecido estas últimas horas en Orlando, que ha dejado un triste balance de 50 muertos y medio centenar de heridos , algunos de ellos en estado crítico, viene a confirmar que la amenaza del terrorismo fundamentalista es global y que no hay colectivo, ciudad o estamento que esté a salvo de sus devastadoras garras.

El terrorismo fundamentalista es la gran amenaza del siglo XXI y hasta ahora no se ha actuado para atajarlo, más allá de algunas acciones militares concretas y muy puntuales. Francia no se había sumado a la coalición internacional hasta el atentado en París en la sala Bataclan. Al día siguiente, cazas franceses bombardearon posiciones del ISIS en Siria e Irak. No hace falta ser objetivo de un atentado para tomar medidas y luchar contra el terrorismo porque la amenaza es global y mañana podemos ser cualquiera de nosotros.

El brutal atentado contra la comunidad gay ha sido reivindicado por el ISIS, que en las últimas semanas ha visto como el ejército libio le arrebatada algunas ciudades importantes en poder de los islamistas como Bengasi o el puerto de Sirte, un punto geoestratégico muy importante para futuras operaciones.

Derrotas militares a las que el ISIS ha respondido con brutales atentados en Turquía, Somalia, Irak, Kuwait o Túnez.