El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, debería hacer gala de la responsabilidad de Estado e institucional que siempre ha demostrado el PSOE, cuando ha estado gobernando y también cuando ha estado en la oposición y permitir con su abstención que gobierne el PP, que ha sido el partido más votado y con más escaños en estas pasadas elecciones.

Son muchas las voces autorizadas que apoyan la vía de la abstención como el propio ex presidente del Gobierno, Felipe González o Josep Borrell. Ambos priorizan el interés general frente al interés personal o particular.

El PSOE puede hacer una muy buena labor en la oposición. Convocar unas nuevas elecciones sería un fracaso mayúsculo, que este país no se puede permitir.

Si estas elecciones han demostrado algo es, precisamente, que se acabaron las mayorías absolutas y que para poder gobernar van a ser necesarios los pactos y los acuerdos porque de lo contrario nos enfrentamos a una legislatura muy corta.

La situación política, económica y social requiere que se constituya un gobierno ya, sin más dilación. No podemos seguir por más tiempo con un gobierno en funciones. Hay que legislar. Tomar decisiones. Gobernar, en definitiva. Se están paralizando las inversiones por la incertidumbre política y el crecimiento económico se está resintiendo, pese a que estamos creciendo más que los países de la eurozona, algunos con crecimientos negativos.

Además, la situación europea con la salida de Reino Unido de la UE, Francia en pleno estallido social por la reforma laboral o con Italia con una crisis bancaria más grave, incluso, que la que casi se llena por delante a todo el sector financiero español requiere estar en Europa con un gobierno fuerte y sólido.