No hay palabras para describir el atentado terrorista de anoche en Niza, donde han muerto 84 personas y más de un centenar han resultado heridas, algunas de las cuales se encuentran en estado crítico, por lo que la cifra de fallecidos podría aumentar en las próximas horas.

El autor del brutal atentado aprovechó la celebración del 14 de julio para embestir con el camión que conducía a una multitud que presenciaba los fuegos artificiales, entre ellos muchos niños.

La locura del fundamentalismo integrista no tiene límites. La amenaza es global. Esta vez ha sido Niza como mañana puede ser Madrid o Barcelona. Todos estamos en el punto de mira de los terroristas.

Aunque en el momento de redactar estas líneas, el atentado aún no ha sido reivindicado por ningún grupo terrorista, todo parece apuntar al ISIS como el responsable de la matanza.

Las últimas derrotas militares y la pérdida de ciudades importantes en manos del DAESH como Faluya o Palmira, y es muy probable que también dentro de poco de Mosul, gracias al avance del ejército iraquí, ayudado por las fuerzas rusas, es la respuesta de estos salvajes de sacar la guerra del campo de batalla y exportarla a todo Occidente.

Aunque es una lucha larga y muy complicada, el terrorismo jamás ganará la batalla a los demócratas. Y en esa lucha es fundamental la unidad, como la que han mostrado hoy los cuatro grandes partidos: PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, dejando al margen las ideologías, aunque la formación morada siga sin sumarse al pacto anti yihadista, que sí firmaron el resto de fuerzas políticas.

Hoy nos sentimos todos franceses y hoy más que nunca sigue vigente el lema de la Revolución Francesa: Libertad, igualdad y fraternidad.