En la condena del terrorismo no valen las medias tintas. Ni las ambigüedades. Hace pocos días veíamos a Pablo Iglesias, junto a Pedro Sánchez, Albert Rivera y Mariano Rajoy guardar un minuto de silencio en las puertas del Congreso por las víctimas del último brutal atentado terrorista en la ciudad francesa de Niza, , que ha dejado hasta el momento un balance de 84 muertos y medio centenar de heridos, mientras en Pamplona, los representantes de la formación morada, bajo las siglas Aranzadi-Podemos no condenaban el terrorismo y echaban la culpa al ex presidente del gobierno José María Aznar y a la participación española en la guerra de Irak. Lo de siempre.

Es curioso, pero países que nada tuvieron que ver con aquella guerra ilegal también han sido objeto de ataques terroristas indiscriminados contra la población civil como Somalia, Bélgica o Kuwait.

Podemos que no firmó el pacto contra el terrorismo antiyihadista y asiste como mero observador, evidencia una falta de compromiso ético, moral e ideológico en un tema fundamental como es el terrorismo, donde no debería haber divisiones de ningún tipo y menos aún justificación posible.