Alberto Grazón me parece un político honesto y coherente con sus ideas, aunque no las comparta en absoluto y estemos en las antípodas ideológicamente. Iba a decir que también sensato, pero al leer su twuit de hoy, retiro esto último.

Sin entrar en valorar su maniobra política en Podemos, que ha supuesto la desaparición de Izquierda Unida y la pérdida de más de un millón de votos en las pasadas elecciones para la formación morada. Pensando que ambas fuerzas sumarían han tenido un descalabro electoral monumental, sin consecuencias políticas. Tampoco a su mentor, Julio Anguita se la vuelto a ver ni a escuchar autocrítica alguna. Todo debe ser culpa de la nefasta ley electoral que tenemos.

El señor Garzón ha lanzado hoy en su cuenta de twitter un mensaje calificando de "cacicada" la inhabilitación de Arnaldo Otegui y que este sujeto, que está inhabilitado por sentencia firme de la Audiencia Nacional hasta el año 2021, no pueda presentarse como candidato es en su opinión "impropio de un país que dice ser democrático". Con la misma insensatez se ha manifestado Pablo Iglesias.

Habría que explicarle al señor Garzón y al señor Pablo Iglesias en qué consiste la separación de poderes. Y en segundo lugar qué es un cacicada.

Lo primero ha sido y es uno de los mayores logros de la democracia desde el siglo XVIII, siendo uno de los pilares del estado de derecho actual.

En cuanto a la cacicada, que les gusta mucho aplicar en los países que defienden y ponen como modelo. Por ejemplo, Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro acaba de hacer una purga entre los funcionarios que apoyan el revocatorio. Eso, señor Garzón es una cacicada. No venga usted a darnos ahora lecciones de democracia a los demás.