Durante la sesión de investidura, Pedro Sánchez se ofreció como la solución al bloqueo institucional, que él mismo ha generado con sus continuos noes, pero sin concretar nada más. Una negociación que para que los números cuadren pasa necesariamente por convencer a Podemos, Ciudadanos y a los grupos nacionalistas.

Podemos, ya ha adelantado como por otra parte era de prever, que no va a estar al lado de Ciudadanos y a la inversa también se han pronunciado, con lo cual, sólo con los votos de Podemos o de Ciudadanos sería insuficiente para que Sánchez fuera nombrado presidente.

Hay rumores que señalan que el PSOE podría estar negociando con el PNV, a cambio del SI de sus cinco diputados a Pedro Sánchez, pasar las competencias en materia penitenciaria al Gobierno Vasco para camelarse a los nacionalistas . Hasta ahora esta competencia estaba reservada al Estado central. Una vieja reivindicación, por otro lado, del PNV para controlar la política de dispersión de presos etarras, que pondría muy contentos a la izquierda abertzale.

De momento, es solo un rumor, pero si se confirmara la noticia, la credibilidad de Sánchez pasaría a estar por los suelos, después de afirmar por activa y por pasiva que jamás sería investido presidente con los votos de los nacionalistas. Ni siquiera un supuesto desbloqueo institucional lo justificaría porque este mismo bloqueo existía cuando Sánchez fracasó en su investidura y también necesitaba los votos de los nacionalistas para obtener el respaldo de la Cámara.

El No a Rajoy sería plausible, incluso merecido, razones no le faltan , si tuviera una alternativa seria que ofrecer a los españoles, que no fuera someternos a la tortura de unas nuevas elecciones. Pero hoy por hoy no hay ninguna. Por favor, dejen de marear la perdiz.