Tanto el PSOE como el PP están esperando a ver qué pasa en las elecciones en el País Vasco para mover ficha y hacer cábalas para que la aritmética parlamentaria sume la cifra mágica de los 176 diputados, que se necesitan para poder formar gobierno. Los cinco diputados nacionalistas pueden inclinar la balanza en un sentido o en otro, aunque nadie discute las simpatías del PNV por el candidato socialista, Pedro Sánchez, después de que el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, dijera que el PP había abierto otro frente, en referencia a la postura de Mariano Rajoy sobre el referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Las encuestas de intención de voto dan la victoria al PNV, pero lejos de la mayoría absoluta, con lo cual, necesitaría el apoyo de otro partido para poder gobernar. Así las cosas, es más que probable, que tras el 25-S haya intercambio de cromos y todo apunta a que Pedro Sánchez va a ser el más deseado.

Sin embargo, es cuanto menos lacerante que hayamos tenido que esperar hasta las elecciones vascas y no antes para que los políticos se puedan poner de acuerdo.