El numerito de estos días que ha montado Podemos en el Congreso de los Diputados, repartiendo pasquines sobre derechos humanos, después de que un grupo de inmigrantes se amotinara para protestar por su situación irregular en un CIE, es un síntoma claro de cómo entiende esta gente el reglamento de la Cámara.

Actúan igual en la Universidad o en la calle que en el Parlamento, sede de la soberanía popular. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, tuvo que llamarles al orden en un par de ocasiones para que depusieran su actitud y como son más chulos que un ocho y parece que las leyes no van con ellos, no pararon hasta que entregaron a sus señorías todos los pasquines que llevaban en la mochila. Que no eran pocos.

Aplausos y puño en alto del caudillo Iglesias para glorificar el acto.

Independientemente de la chulería que esgrime esta gente, que, además, van por ahí diciendo una cosa y haciendo la contraria, como es el caso reciente de la presidenta del Parlamento de Navarra, que dijo renunciar al coche oficial y ,sin embargo, lo usa habitualmente. alegando razones de seguridad, incluso, para irse de vacaciones con su marido; lo que me preocupa es el deterioro de las instituciones.

El Parlamento es algo muy serio para que los podemitas se lo tomen a chirigota y monten allí su circo particular, como si estuvieran en una clase de la Universidad o en un patio de colegio.

Está muy bien repartir pasquines, lucir camisetas reivindicativas o pancartas clamando por la igualdad, pero fuera del Congreso. Entre otras razones porque la ley prohíbe el uso de cualquier tipo de simbología. Si no lo hacemos convertiremos el Congreso en un campo de fútbol.

Pero más allá de todo esto, que me parece muy grave porque si no respetan las leyes, mal vamos, se permiten hablar ex cátedra y de forma muy solemne de derechos humanos cuando su papá político, Nicolás Maduro, acaba de perpetrar un golpe de Estado en Venezuela, como ha denunciado la oposición para que no se celebre el referéndum revocatorio.

Venezuela no es precisamente un país donde se respeten los derechos humanos ni modelo de democracia ni de nada que se le parezca . Deberían empezar por ahí. Denunciándolo. Pero prefieren montar sus algarabías en el Parlamento de la nación y no dónde precisamente no se respetan los derechos humanos y se conculcan derechos fundamentales.