El Gobierno español , a través de su embajada en Paris, ha manifestado su queja por los continuos asaltos en la frontera con el país vecino, que están sufriendo los camioneros españoles, que transportan vino y fruta. Los agricultores franceses alegan competencia desleal y bajos precios para asaltar los vehículos y derramar toda la mercancía.

Pero en un mercado de libre competencia, los precios los fija el mercado. Si el precio de vino a granel es barato, que sean más competitivos los viticultores galos.

España es el principal proveedor de vino a granel barato a Francia. Nuestro país exportó a Francia 5,8 millones de hectólitros, de los cuales, 4,3 correspondieron a vinos a granel, a un precio de 0,35 euros litro, según datos del Observatorio español de los Mercados del Vino (OEM).

No es la primera vez que los productos españoles sufren la ira de los agricultores franceses. En 2016 fueron derramados más de 50.000 litros de vino. Desde entonces nada se ha hecho para evitar esta situación, que se repite con demasiada frecuencia.

Las autoridades francesas y europeas deberían garantizar la libre circulación de mercancías y no lo hacen. Prefieren mirar para otro lado.

¿Qué piensa hacer el gobierno español, más allá de presentar una queja formal, para que situaciones como esta no vuelvan a repetirse en el futuro? Hasta ahora, las administraciones competentes han hecho oído sordos a todas nuestras reclamaciones.