Dentro de unas semanas se celebran elecciones en Holanda (25 de marzo) y en Francia (23 de abril), con la extrema derecha, encabezando las encuestas en intención de voto.

La llegada de estos partidos ultra al gobierno significaría la desmembración de la UE, tal y como la entendemos hoy en día, la vuelta a los totalitarismos y un endurecimiento contra la política de refugiados, que puede llevar a la deportación masiva de inmigrantes, como ya está haciendo el nuevo inquilino de la Casa Blanca, aunque los jueces traten de pararle los pies.

La líder del Frente Nacional, Marie Le Pen, ya ha anunciado que si gana los comicios, someterá a referéndum, como ya hizo el Reino Unido, la continuidad de Francia en la UE. La salida del país galo arrastraría a otros países de la eurozona.

La victoria de Trump y el auge de los populismos en Europa son un cóctel explosivo para la paz mundial no solo desde el punto de vista de la seguridad sino también de la pérdida de libertades, al que deben dar respuesta de forma decidida las fuerzas democráticas