Este pasado 8 de abril era el día anunciado por la banda terrorista ETA para entregar todo el arsenal que todavía sigue en su poder. Nada han dicho, sin embargo, de su disolución definitiva, tras medio siglo, sembrando el terror. No hay fin de ETA, mientras la banda terrorista no se disuelva por completo.

La paz en el País Vasco no será del todo posible, por mucho que se empeñen los partidos políticos en hacerse la foto, como hemos visto estos días a PNV, PSE, EH Bildu y Podemos, sumarse a un manifiesto propuesto por Otegui, mientras los terroristas no reconozcan el daño causado, colaboren con la justicia en los más de 300 asesinatos todavía sin resolver y pidan perdón a sus víctimas y, sobre todo, reconozcan su derrota.

Este nuevo paripé de la banda terrorista con la entrega de armas, la segunda que hace ante observadores internacionales, no sabemos si de todo el arsenal, y con todo el boato posterior de los partidos nacionalistas escenificando el fin de la violencia es una auténtica vergüenza porque vuelve a dejar en segundo plano a las víctimas.