La plaga de conejos en Australia es casi un problema de Estado. Ni las trampas ni los cercados ni los propios cazadores han conseguido controlar o diezmar la superpoblación de conejos que sufre el país. Se calcula que hay 150 millones de lagomorfos.

Las autoridades australianas han aprobado la utilización de un virus letal, conocido como K5, que en unos meses ha acabado con el 42% de los conejos. Y se calcula que podría acabar con el 90%. De momento, se ha probado en 600 puntos del territorio australiano con la intención de ampliarlo al resto.

Sin depredadores naturales que controlen su población, los conejos se han reproducido a un una velocidad de vértigo, poniendo en peligro la supervivencia de hasta 300 especies de animales y plantas, algunas de ellas en situación crítica.

Eso sin contar, los daños que provocan en la agricultura. Se calcula que las pérdidas en el campo rondan los 200 millones de dólares al año.

Ante este sombrío panorama, las autoridades australianas han declarado la guerra al conejo y han optado por utilizar la guerra biológica para combatirlos y erradicarlos ante la ineficacia de otras medidas que se han puesto en práctica con escasos resultados.

El virus no afecta a los humanos, solo a los conejos, tampoco a otras especies, pero se especula con la posibilidad de que el K5 pueda salir fuera de Australia para combatir la plaga de conejos que sufren otros países, entre ellos, España.

Propagar este virus a otros países es muy peligroso, como señalan algunos virólogos. Es posible que este virus acabe con la población de conejos, como lo hizo la mixomatosis, pero también con otras especies protegidas, como el lince ibérico, cuyo alimento principal es el conejo. El K5 no deja de ser un veneno, que si lo ingieren otras especies, que han comido un animal envenado, pueden perecer también.

En los años 50, un médico francés jubilado propagó la mixomatosis en sus tierras para acabar con los conejos que se comían su cosecha. El virus se propagó de manera fulminante por toda Europa y acabó casi con el 99% de los conejos silvestres en muchas regiones. del continente Todavía hoy la enfermedad no se ha erradicado y es junto a la neumonía hemorrágico vírica, otro virus propagado por los humanos, la principal causa de mortandad.

En España, en algunas Comunidades Autónomas como Castilla La Mancha se ha declarado zona de emergencia cinegética temporal por los daños ocasionados por el conejo y otras especies venatorias como el ciervo.