Idoia López Riaño, apodada "la Tigresa", miembro del Comando Madrid, uno de los más sanguinarios de la organización terrorista ETA ha salido hoy de la cárcel, tras cumplir 23 años de prisión, pese a que la condena impuesta por los jueces superaba los 2000 años de prisión.

La terrorista con más de 20 asesinatos a sus espaldas se acogió a la "Vía Nanclares", junto a otros dirigentes etarras para ver reducida su condena, tras pedir perdón a sus víctimas en una carta y rechazar la violencia, razón por la cual fue expulsada del colectivo de presos etarras.

Sorprende, sin embargo, la información que firma el periodista Luis R. Aizpeolea, que aparece publicada hoy en El País, donde se refiere a López Riaño como "la exmilitante de ETA". Utiliza esta expresión en su escrito en dos ocasiones para referirse a la terrorista.

La calificación o el calificativo de exmilitante, mejor emplearlo con los políticos que han militado en un partido político y han dejado de hacerlo por las circunstancias que sean, pero utilizar esta expresión para referirse a una terrorista, nunca. Tampoco es idóneo el calificativo de "activista" que tantas veces hemos leído en los medios de comunicación para referirse a los terroristas.

Cuando están a punto de cumplirse 30 años de la mayor masacre perpetrada por ETA, como fue el atentado de Hipercor, donde murieron 21 personas, dejémonos ya de eufemismos y llamemos a las cosas por su nombre: en ETA no había militantes ni activistas, sino terroristas. Tampoco en las cárceles españolas hay presos políticos. ETA ha sido una organización mafiosa y criminal.