Los independentistas siguen adelante con su pulso al Gobierno de la Nación y no han variado un ápice su deseo de convocar el referéndum el próximo 1 de octubre. Ante esta tesitura, no sé cómo todavía el Gobierno se está planteando, si convocar o no, un Consejo de Ministros este mes de agosto ante la más que probable iniciativa del gobierno de la Generalitat de Cataluña de impulsar nuevas leyes que garanticen el derecho a la convocatoria electoral. La reunión ministerial no debería hacerse esperar más.

Esta situación, la más grave que ha vivido España en los últimos 40 años, requiere la unidad de los grandes partidos constitucionalistas, que hoy por hoy, son mayoría en el Parlamento, que es donde reside la soberanía nacional.

No debería haber ninguna fisura en una cuestión tan relevante como esta. Por eso es importante, que en los grandes temas de Estado y este, sin duda, lo es, haya entendimiento y colaboración entre el PP y el PSOE. Cualquier desencuentro entre ambos partidos es un balón de oxigeno para los separatistas.

La nueva visión del PSOE de Pedro Sánchez de considerar España como un Estado plurinacional, lejos de la unidad que siempre ha defendido, no ayuda en nada a ese buen entendimiento.