Durante las horas siguientes al brutal atentado de Barcelona y Cambrils, reivindicado por el Daesh ,que ha costado la vida a 15 personas y ha dejado un triste balance con más de un centenar de heridos, alguno de los cuales sigue en estado muy crítico, se lanzaron muchos mensajes en las redes sociales para que no se divulgaran fotografías ni videos de los atentados por respeto a las víctimas y sus familiares.

Durante los años más sangrientos de la banda terrorista ETA, hubo quien defendió que los medios de comunicación no debían informar de los atentados porque lo que buscan los asesinos es, precisamente, dar publicidad a sus crímenes para que tengan la mayor repercusión posible y qué mejor que la prensa para divulgar sus actos y darles cobertura informativa.

En el otro lado, estaban los que defendía todo lo contrario, es decir, que la prensa y los medios de comunicación deben cumplir con su papel que es informar a la sociedad. Un eterno debate que sigue vigente en la actualidad.

En el caso del atentado de Barcelona, las redes sociales se llenaron enseguida de fotografías y de vídeos, incluso, de información falsa, de bulos, que no se ajustaban a la realidad. Y esto es realmente lo peligroso, la información gratuita y no veraz.

Es obvio, que hay fotografías escabrosas que conviene soslayar porque no aportan nada desde el punto de vista informativo, pero las imágenes como tal, forman parte de la información y es obligación de los medios divulgarlas y darlas a conocer. Lo que el periodista debe buscar siempre es la información rigurosa, contrastada y veraz.