Esta campaña se prevé mala en general. Las previsiones de kilos son bastante inferiores a las previstas inicialmente. En mi caso concreto, que preveía entre un 30% y un 40% menos de cosecha, en el tempranillo que acabo de vendimiar, la merma ha sido del 57%. Desde la cooperativa me confirman que es algo generalizado en esta variedad muy castigada por la yesca, que es un hongo contra el que no hay tratamiento posible, desde que se prohibió el uso del arsenito sódico, que seca las cepas. Una enfermedad que lejos de decrecer va en aumento.

A mí todavía me queda por vendimiar la syrah y la cabernet, variedades donde también se espera una merma importante.

Ayer precisamente llevé una muestra a la cooperativa para ver el grado de la syrah. A la falta de kilos se une un pH algo alto por encima de 3,70 y un grado alcohólico también elevado. Si no llegas a los valores que la cooperativa exige para que la uva entre con unos parámetros de calidad que están establecidos previamente, tanto en el pH, el grado como la sanidad, te penalizan en los kilopuntos. Tan malo es no llegar como pasarse.

Este año la campaña se ha adelantado un par de semanas por las temperaturas tan elevadas que hemos tenido, sobre todo, en el mes de julio. Hace ya un par de semanas que la cooperativa abrió sus puertas a los socios para la entrada de uva.

El año ha sido lluvioso, con nevadas incluidas, no ha habido heladas como en otras zonas de España que han arrasado la producción, lo que hacía prever a priori una buena campaña vitivinícola, tanto en kilos como en sanidad de la uva.

¿Qué es lo que ha pasado para que este año sea tan malo? Los que entienden de esto, dicen que la sequía del año pasado fue tan brutal que se está dejando sentir en la recolección de este año y será la campaña próxima cuando la planta se haya recuperado y, por tanto, entre en producción.

No sé si será esta la razón u otra, pero lo cierto es que esta campaña será una de las peores que se recuerdan.

Para más inri, para el lunes y martes próximo, las previsiones meteorológicas señalan agua, lo cual todavía puede empeorar aún más las cosas. El agua ahora, cuando está a punto de recogerse la uva no es bien recibida porque pudre los racimos.

El único consuelo que nos queda a los agricultores y viticultores es pensar que este año el precio de la uva se va a pagar más caro.

La cosecha en general ha sido muy baja. No solo aquí. También en otras zonas de España como Rioja o Ribera del Duero. También en Europa las producciones de uva han ido a la baja por factores meteorológicos, principalmente en Francia e Italia.. Es de esperar un repunte en el precio de la uva, como ya ha anunciado que hará Rioja.