Ocurrió con el terrorismo etarra cuando los partidos políticos utilizaron a las víctimas con fines partidistas de una manera bastarda, hasta las propias Asociaciones de Víctimas nacieron ya divididas al calor de los partidos políticos y corremos el riesgo de que vuelva a pasar ahora lo mismo con las víctimas del brutal atentado de Barcelona y Cambrils.

Los partidos políticos deben ocuparse y preocuparse de otras cosas como es buscar el consenso y la manifestación de hoy convocada en Barcelona debe servir como rechazo a la barbarie terrorista, pero también como demostración de fuerza de la unidad de todos los partidos en la lucha contra el terrorismo, más allá de sus ideologías y sus discrepancias políticas.

Mal empezamos, si desde sectores nacionalistas con el señor Puigdemont a la cabeza se acusa al gobierno central de haber jugado con la seguridad de los catalanes o se hace distingos entre víctimas catalanes y españolas.