Después de las elecciones en Cataluña todo sigue igual. Muchos pensábamos que tras los comicios volvería el sentido común, pero no. De poco o de nada ha servido el triunfo de Inés Arrimadas y su partido Ciudadanos. Una victoria puramente testimonial porque en el sistema parlamentario español no gobierna quien gana las elecciones sino quien más apoyos recibe. Y en este caso, han sido de nuevo las fuerzas independentistas las que se han hecho con el control del Parlament y posiblemente también de la Generalitat, aunque no sabemos todavía si por vía telemática o presencial. Puigdemont ya ha dicho que está dispuesto a gobernar desde Bruselas. Suena a chiste, pero no lo es.

Mucho le queda por hacer al nuevo gobierno de la Generalitat que se constituya, con las más de 3.000 empresas que se han marchado fuera de Cataluña por la inestabilidad política generada en el país, con unas cifras de desempleo que no paran de crecer, con unos servicios públicos más que deficientes y con una economía en claro retroceso: caída de las pernoctaciones hoteleras, de la venta de coches, del comercio minorista, de la cifra de turistas, etc. ...

Aunque a sus señorías ,como el señor Gabriel Rufián esto parece importarles bien poco porque ya tienen asegurada su nómina y les trae al pairo, que la economía y las empresas se vayan al garete o los servicios públicos se reduzcan a la más mínima expresión. El fin único que persiguen es la independencia. Conseguida esta, el coste político y económico, se la refanfinfla.

Mientras todo este marasmo político, económico y social se produce en Cataluña, el Gobierno del PP permanece más pendiente de los casos de corrupción que le salpican con el caso Gürtel en la primera línea, que a la tarea de gobernar y legislar. Una inacción que requiere de soluciones sin más demora, vistos los resultados electorales y en los que el PP no ha conseguido superar ni a la CUP y donde, por cierto, todos siguen en sus cargos, incluido el señor Xavier García Albiol, responsable del mayor desastre electoral de los populares en Cataluña.