Ya es hora de que las fuerzas nacionalistas que tienen mayoría en el Parlament de Cataluña se pongan de acuerdo y busquen un candidato de consenso, sobre el que no exista ninguna orden de detención por delitos muy graves, como es el caso del señor Puigdemont, que lo que debe hacer es presentarse ante la justicia, rendir cuentas y dejar de tomarnos el pelo a todos nosotros.

Déjense de presidencias telemáticas, siderales y de chorradas que no son serias, aparquen a un lado el victimismo del que siempre han hecho gala , acepten que el "procés" ha fracasado y con él, la vía unilateral y asuman de una vez por todas las reglas del juego democrático, que pasan inexorablemente por cumplir la ley y, sobre todo, no engañen más a la gente proclamando republicas inexistentes.

Las consecuencias de esa inacción gubernamental tienen un reflejo claro e inmediato en la economía catalana: caída de las pernoctaciones hoteleras, de la cifra de turistas, de las ventas en los comercios minoristas y en las grandes superficies, de la venta de vehículos, más paro, retraimiento de la demanda, parálisis de las inversiones, salida masiva de empresas y entidades financieras ante la incertidumbre desatada por la vía unilateral de la independencia y también efectos negativos en el resto del Estado, con una revisión a la baja en el PIB, como ha reconocido el propio FMI.

Dejen de echar la culpa a los demás de sus miserias y de sus desmanes. No hay ninguna orquestación por parte de nadie y menos del Estado contra el independentismo, sí contra el incumplimiento de la ley como no podría ser de otra forma. Lo que ocurre es que ni ustedes mismos son capaces de ponerse de acuerdo en algo tan sustancial como es gobernar. Difícil cuando en la amalgama de partidos que conforman el independentismo hay sensibilidades tan distintas y dispares. Aclárense primero ustedes.