C's tiene la vista puesta en unas nuevas elecciones, a tenor de las encuestas que sitúan al partido de Albert Rivera, muy cerca del PP, incluso, por delante. De hecho, ya se está produciendo una desbanda de cargos electos del PP hacia la formación naranja. Algo que está inquietando y mucho a Mariano Rajoy. Solo hay que ver el agrio debate que protagonizaron ambos candidatos el otro día en el Congreso de los Diputados, donde más que socios parecían rivales políticos.

Rivera ha cambiado radicalmente de discurso y el objetivo no es ahora apoyar al PP y dar estabilidad al Gobierno sino provocar un desgaste, que haga ingobernable el país y la solución pase por unos nuevos comicios. Rivera e Iglesias están negociando una reforma de la ley electoral, a la que han pedido que se sume también el PSOE.

Sin embargo, la marcha de un país no puede depender de la apetencia de un partido por adelantar los comicios, aunque las encuestas le sean favorables. La prioridad deber ser dar estabilidad y solucionar los problemas de la gente.

En Alemania, los dos principales partidos, socialdemócratas y conservadores, han llegado finalmente a un acuerdo, un acuerdo doloroso en palabras de la canciller Angela Merkel, que ha tenido que ceder carteras de mucho peso como la de Hacienda o Asuntos Exteriores a los socialdemócratas. La otra alternativa era mucho peor: convocar elecciones, con la extrema derecha subiendo posiciones. Han tenido claro que había que anteponer los intereses del país a los del partido.

Aquí, sin embargo, preferimos ir al son que marcan las encuestas.