El Bar Nou es el típico establecimiento hostelero familiar, regentado con profesionalidad, donde degustar una buena comida casera y tomar unas buenas tapas, es posible, sin que te sableen la cartera por ello. Pepe Guillem y Merche Ivanco y sus dos hijas: Reyes y Carla son los encargados de regentar este negocio, situado en la misma calle que da nombre a este local.

Local pequeño, pero acogedor, dispone de un comedor privado en la parte de arriba con capacidad para 30 comensales. La decoración es rústica y está bien integrada en el ambiente.

Merche junto a sus hijas: Reyes y Carla (Foto: PSG)

Hace aproximadamente 24 años, que Pepe y Merche se embarcaron en el negocio de la hostelería. Él trabajaba como pinche de cocina y Merche en una farmacia. En 2003 acometieron una reforma y habilitaron la parte de arriba del inmueble para abrir el comedor.

Sabrosos platos de cuchara: lentejas, potaje de garbanzos, pero donde Merche muestra una maestría excepcional es en los arroces, el arroz al horno es un puntazo, pero, sobre todo, donde consigue que el comensal llegue al éxtasis más absoluto es con el gazpacho manchego, que lo borda. Nada que envidiar al que uno pueda comer en el Mesón Pincelín o en el Rincón de Pedro, de Almansa. Verdaderos santuarios de la gastronomía para comer gazpachos.

Como estamos en La Font de la Figuera, donde abundan las buenas carnicerías, como la carnisseria "El Coixo" de las hermanas Calabuig o la de Manolo y Amparo, obligado es pedir un plato combinado de lomo, morcillas y longanizas, con unas buenas patatas a lo pobre de acompañamiento.

La gachamiga es otro de los platos estrella de este local. Normalmente la sirven en los almuerzos. Un plato humilde a la vez que sencillo que no defrauda a quien lo prueba. Un auténtico delicatessen. Pepe le añade ajo y cebolla para darle más sabor, los hay que prefieren la longaniza y la panceta para condimentarlo.

Al margen del menú diario que ofrece el Bar Nou, el local dispone de una cartaamplia para elegir entre carnes y pescados como: la paletilla de cordero, la lubina o el bacalao al horno.

Carta de vinos reducida, pero suficiente, con una apuesta clara por los vinos de la tierra, especialmente de La Font de La Figuera como: Icono, MalaVida, Juan de Juanes o Venta del Puerto.

Los postres son también punto y aparte. Todos caseros. Aquí el único foráneo que entra soy yo. Tarta de tiramisú, mousse de chocolate, suflé de piña o la tarta de queso con arándanos están para chuparse los dedos.