Hoy he cambiado de menú. En lugar de entrecot he comprado cadera de ternera. Muy tierna y jugosa. Entre la babilla y la cadera, Nacho me ha recomendado la cadera de ternera. El solomillo y el entrecot están por las nubes.

Esta mañana se me han pegado las sábanas. Quería llamar al centro de salud a las 8 para pedir una receta. Sigo con las crisis de ansiedad. He hablado con Rosana y me ha dicho que el médico se pondría en contacto y efectivamente lo ha hecho.

Sobre las 12 me ha llamado. He encontrado unas pastillas que me recetó el neurólogo cuando me estuvo tratando una crisis de ansiedad y le he consultado si podía seguir tomándomelas. La caja está casi completa, así que no ha hecho falta ir al ambulatorio para que me hiciera una nueva receta. Me tomaré una antes de dormir al menos durante un par de semanas.

Hoy queríamos haber comprado algo de material, pero ya han entrado en vigor las nuevas restricciones y los almacenes de construcción ya están cerrados, al no ser una actividad esencial. Solo permanecen abiertos tiendas de alimentación, estancos, gasolineras y farmacias. Las restricciones de movilidad también se han endurecido para evitar los contagios. Parece que poco a poco estas medidas están invirtiendo la tendencia y ya falta poco para llegar al pico y doblegarla.

Si no llueve en los próximos días ya podremos salir al campo a trabajar. Hay mucha tarea atrasada. Aunque me temo que tendremos que esperar porque acaba de comenzar a llover otra vez.